Muy pronto, tal vez en dos días o tres, pondré para que puedan descargar el libro de “Rábano Picante Verdades amargas que no puedes evitar”, que es una recopilación de las frases de Lemony Snicket a lo largo de los libros de Una Serie de Catastróficas Desdichas, y algunas más que son nuevas. Las nuevas frases y algunas de los libros han sido traducidas por mí, y las que estaban disponibles en los libros han sido tomadas de ellos. Como saben el rábano picante es un elemento muy importante en los últimos libros de la serie. Les dejo la introducción, espero las disfruten.
INTRODUCCIÓN
Hay una vieja historia que puede o no interesarte, pero no obstante, será lo más importante de esta introducción, el camino a un horrible desayuno puede ser lo más importante de tu mañana o una persecución de coches puede ser lo más importante de tu semana. La historia se refiere a una mujer que vivía en una pequeña choza de paja junto a su esposo, en una remota aldea rodeada por un campo enorme de rábanos picantes, que es una raíz muy amarga. Como a muchas personas, a la mujer y a su marido no les importaban los rábanos picantes, así que cada mañana la mujer iba a pescar caracoles al lago, mientras su marido reunía pasas en los campos, y cada noche tenían una cena horrible de caracoles rellenos de pasas. Después de varios años de esto, la mujer comenzó a preguntarse algo.
—Marido —preguntó en voz alta, una tarde—, la vida debe ser algo más que estar sentado en el hogar haciendo la misma cosa una y otra vez, ¿no te parece?
—Ni idea —dijo su esposo, con la boca llena de caracoles—. Pero el otro día tu madre me contaba acerca de un hombre sabio que vive en la cima de una montaña en algún lugar. Probablemente él lo sepa.
—Eso es interesante —dijo la mujer, y se excusó de la mesa para irse caminando hasta la cabaña de al lado, donde su madre estaba sentada en un sofá de paja, mirando por una ventana de paja hacia el campo de rábanos picantes y cortándose las uñas de los pies—. ¿A qué se refiere esto que oí acerca de un hombre sabio? —la mujer le preguntó a su madre, preguntándose si la vida era algo más que observar a nuestros familiares haciendo cosas desagradables.
—Miss Matmos me habló de él —dijo la madre de la mujer, luchando con una uña de su pie especialmente complicada.
—¿Miss Matmos? —la mujer repitió—, ¿Te refieres a mi vieja maestra de tercer grado?
—Ella vive al otro lado del campo de rábanos, cerca de la instalación de almacenamiento de pesca —dijo la madre de la mujer—, me dijo algo acerca de un viejo sabio que vive en la cima de una montaña.
La mujer corrió a través del campo de rábanos picantes a la instalación de almacenamiento de pesca, donde cada día tomaba su caña de pescar junto a todas las cañas de pescar que estaban a su cuidado. Efectivamente, Miss Matmos estaba sentada cerca, escribiendo insultos en los márgenes de los trabajos de sus alumnos. La mujer miró a su vieja maestra de tercer grado garabateando “¡Eres un idiota!” con tinta de color rojo brillante, y se preguntó si la vida era algo más que hacer sombrías tareas de la escuela y trabajar— Miss Matmos —preguntó—, ¿Me preguntaba si sabía algo acerca de un hombre sabio que vive en la cima de una montaña?
—Bueno —dijo Miss Matmos—, la montaña está muy lejos, y la subida es muy difícil y muy aburrida. Si vas a ir, yo te sugiero que lleves un libro contigo.
Miss Matmos le entregó a la mujer un libro y la envió a su camino, que estaba tan lejos y era tan difícil y aburrido como la maestra de tercer grado lo había descrito. Mientras la mujer caminaba por cientos de kilómetros hacia la montaña, leyó el libro a jirones, y aunque era una historia maravillosa que se llamaba “Un Gran Viento en Jamaica”, no podía dejar de preguntarse si la vida era algo más que entretenerse con la literatura. Como tomó su camino a través de los arbustos espinosos que crecían en la base de la montaña, se agotó mucho y pensó con tristeza en su marido, y se preguntó si la vida era algo más que viajar de un lugar a otro, sufriendo de mala salud emocional y de pensar en las personas que uno ama. Mientras subía los picos monótonos de la montaña, miró a algunas personas en la parte inferior de la montaña, que parecían estar haciendo algo sospechoso, y se quedó mirando las flores color gris que crecían en las grietas de la montaña, y se preguntó sobre las personas que llevan una vida de misterio, y sobre los misterios de la vida. A medida que se acercaba a la cima de la montaña, donde se podía ver la morada del hombre sabio, se iba poniendo muy oscuro, y la mujer se preguntó sobre la sensación general de devastación a la que uno nunca puede escapar, no importa lo que uno haga. Subió más y más, y se siguió preguntando acerca de todas las cosas que se había estado preguntando todos esos meses, así como de las diversas cosas que había olvidado mencionar en específico. Por último, la mujer subió tanto que su choza de paja no era más que una mancha verde lejana, y el campo de rábanos picantes pequeño, un lugar amargo, pero sin siquiera ver el camino por el que había subido, llamó a la puerta de la morada y en un momento estaba de frente al hombre al que había ido a ver hasta ahí.
—Oh gran Hombre sabio —dijo—, me he estado preguntando muchas cosas. ¿Es la vida algo más que estar sentado en el hogar haciendo las mismas cosas una y otra vez? Hombre sabio, ¿es la vida algo más que ver a los familiares de uno hacer cosas desagradables? ¿O algo más que hacer tareas sombrías de la escuela y trabajar? ¿Es la vida algo más que entretenerse con la literatura? Hombre sabio, ¿o algo más que viajar de un lugar a otro, sufriendo de mala salud emocional y pensando en la gente que uno ama? ¿Y qué de aquellos que llevan una vida de misterio? ¿Y de los misterios de la vida? Y hombre sabio, ¿qué pasa con la sensación general de devastación de la que nunca se puede escapar, no importa lo que uno haga? y ¿sobre las diversas cosas que he olvidado mencionar en específico?
Pero el hombre ya estaba sacudiendo la cabeza— Lo tienes todo mal —dijo—, yo no soy un hombre sabio, soy un hombre gordo. (Juego de palabras en inglés. Wise (Sabio). Wide (Ancho))
Dio un paso acercándose a ella, y por supuesto la mujer pudo ver que él tenía sustancialmente sobrepeso, especialmente alrededor de las caderas— ¿Entonces usted no sabe las respuestas a mis preguntas? —preguntó ella.
—No —dijo el hombre—.Y además, esto es propiedad privada.
Con un golpe de la puerta y un duro “Harrumph” el hombre se había ido, y la mujer comenzó su largo, difícil y aburrido viaje de regreso a casa. Cuando por fin se acercó a la chozas de paja, muy cansada y muy hambrienta, vio a su madre sentada en el porche delantero de paja, limpiándose las orejas con un palo largo y delgado, la mujer lo reconoció al instante.
—¡Esa es mi caña de pescar! —dijo la mujer—, ¡La necesito para trabajar!
—¿Dónde diantres has estado? —la madre de la mujer preguntó—. ¡Te fuiste en medio de nuestra conversación! No supe de ti en meses, así que supuse que ya no necesitabas tu caña de pescar.
—He tenido un largo y decepcionante viaje —respondió la mujer—, ¿No puedes darle la bienvenida a tu hija que ha vuelto a casa?
—Ya tengo una nueva hija —su madre se jactó y luego llamó al interior de la choza—. ¡Vamos, sal cariño!
Para sorpresa de la mujer, Miss Matmos salió de la choza, quien llevaba puesto un largo vestido blanco de novia. Siguiéndola estaba el marido de la mujer, que llevaba un esmoquin.
—Sólo te levantaste en medio de la cena una noche y te fuiste durante meses —explicó el esposo—, así que ahora me he conseguido una nueva esposa, una que hace menos preguntas que tú.
—Me gustaría invitarte a la fiesta de bodas —dijo la madre de la mujer—, pero no quiero. Ahora, por favor discúlpanos… la boda está a punto de comenzar —la mujer escuchó una fanfarria de tonterías y vio que muchos de sus vecinos se habían reunido para felicitar a los novios en la esquina más alejada del campo de los rábanos picantes, donde un rabino estaba esperando para casarlos. La madre de la mujer a la cabeza, seguida por el marido y Miss Matmos, y en poco tiempo la mujer se había quedado sola, todavía demasiado cansada y muy hambrienta. A sabiendas de que no conseguiría un bocado de comida de la fiesta de boda, tiró de una raíz de rábano picante de la tierra y se la comió con tristeza. Mientras el amargo sabor invadía la boca de la mujer —la misma boca que había hecho todas esas preguntas a las que todavía no tenía respuesta— la nueva esposa se dio la vuelta y le dirigió unas últimas palabras.
—Por cierto —dijo Miss Matmos—, estaba revisando mi viejo libro de calificaciones de cuando estabas en tercer grado y resulta que reprobaste el tercer grado.
La moraleja de esta historia, si estás interesado, es que hay verdades amargas que no se pueden evitar en este mundo, si te lo preguntas me refiero a cosas sobre el hogar, la familia, la escuela, el trabajo, el entretenimiento, la literatura, los viajes, la salud emocional, los asuntos del corazón , una vida de misterio, el misterio de la vida, una sensación general de devastación a la que uno nunca puede escapar, no importa lo que uno haga, y diversas cosas que he olvidado mencionar en específico. Para tu comodidad, algunas de estas verdades amargas se han puesto en este libro un tanto a la mano, distribuidas en trece capítulos de forma que cada vez que te preguntes acerca de algo, puedas abrir el libro y leer una verdad amarga o dos, en lugar de molestarte en tratar de encontrar a un hombre sabio, particularmente en tu vecindario, donde viven pocos de ellos.
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